Dos personas con ropa azul cargan un inflable mientras sonríen bajo el sol.

Juntos, mejor. Porque trabajar en equipo es una práctica inherente de la condición humana desde que se formaron las primeras sociedades para conseguir un fin común. Y esto, aplicado al ámbito empresarial tiene una fórmula infalible: cuantos más integrantes de una organización sumen a un objetivo común, mejores serán los resultados.

Porque el talento individual es imprescindible pero el resultado del rendimiento es mucho mayor cuando se integran grupos con una serie de objetivos concretos.

Aquí reside la esencia del Team Building, la construcción de verdaderos equipos. Este concepto hace referencia a una técnica utilizada en numerosas compañías y persigue el objetivo de fomentar el trabajo en equipo, así como su motivación y cohesión.

Para entenderlo, debemos transportarnos a 1920 y viajar a Inglaterra, donde el psicólogo Willian McDougal recoge en su libro “The group mind”, la importancia de la formación de equipos en grupos. Tiempo después, el profesor Elton Mayo retoma la investigación en la fábrica de Western Electric Hawthorne, en Chicago, dando lugar al “efecto de Hawthorne”.  En sus estudios, llevó a cabo un análisis sobre la relación directa entre la productividad y las condiciones de trabajo. Finalmente, concluyó que los trabajadores valoraban aspectos como la seguridad, el reconocimiento y, por último, el sentimiento de pertenencia, llegando a ser incluso más relevante que las condiciones físicas del propio trabajo.  Estos dos autores nos descubrieron la importancia de “hacer equipo”, y por eso, el término de Team Building ha cobrado tanto peso en los últimos tiempos.

Las vías para conseguirlo son múltiples: Desde actividades de Outdoor Training a acciones voluntarias de Responsabilidad Social Corporativa como organización de carreras y campeonatos corporativos u otras como escapadas de fines de semana en las que se combinan sesiones de trabajo con ejercicios más lúdicos y charlas motivacionales. Sin embargo el contexto mundial de COVID-19 trajo un desafío para las áreas de RRHH de las empresas, donde tuvieron que repensar en actividades virtuales para lograr este mismo objetivo

En todas ellas, encontramos una serie de beneficios que ayudan a fomentar el tan deseado sentimiento de pertenencia. 

Por un lado, los empleados crean lazos más cercanos con sus compañeros en un contexto más distendido e incluso, rompen barreras con personas con las que podrán tener algún tipo de conflicto o desacuerdo.  Además pueden mostrar aspectos de ellos mismos que en el contexto laboral no podrían como: la capacidad creativa, la asunción de riesgos o dotes de liderazgo de equipos.

Salen de la rutina, viven una experiencia diferente y amena, y esto siempre resulta motivador. De esta manera, se sienten parte de la compañía, mejorando la visión de los empleados sobre la empresa, en un contexto en el que el salario emocional es cada vez más valorado por las personas.

Por su parte, las empresas refuerzan los vínculos de unión entre los empleados y fortalecen los principales factores de cohesión que necesitan los equipos: confianza, comunicación y compromiso.

A través de acciones de Team Building se promueve el espíritu de equipo entre los colaboradores y favorecen el intercambio de información y conocimientos. 

Además estas actividades se convierten en una ocasión idónea para transmitir los valores y mensajes de la compañíadespertar una actitud positiva en los trabajadores y descubrir en ellos competencias y talentos que hasta ahora mantenían escondidos.

Todos estos beneficios se retroalimentan y repercuten directamente en la tasa de productividad de la empresa, actuando en:

  • La mejora del ambiente de trabajo, más motivador y positivo.
  • El desarrollo de los conocimientos y competencias personales en un contexto fuera del entorno laboral y la creación de relaciones más cercanas.
  • La creación de una cultura de trabajo en equipo, reforzando la cultura empresarial de la propia compañía.

En definitiva, tres factores condicionantes fundamentales que permiten que los trabajadores se sientan más comprometidos, incrementen su empatía y capacidad de comunicación, comprensión, cooperación y resolución de conflictos, aumentando así su rendimiento.

Al final, la cultura empresarial es lo que da a muchas empresas la ventaja sobre el resto de sus competidores para alcanzar el éxito,  y ésta solo se logra en equipo y con un fuerte sentimiento de pertenencia.

Summary

Juntos, mejor. Porque trabajar en equipo es una práctica inherente de la condición humana desde que se formaron las primeras sociedades para conseguir un fin común. Y esto, aplicado al ámbito empresarial tiene una fórmula infalible: cuantos más integrantes de una organización sumen a un objetivo común, mejores serán los resultados.